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                                     COSAS  PARA  CONTAR

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   En la miscelánea donde he ido a comprar unos hilos, la dueña del negocio me ha dado valiosos informes. Jamás he conocido una mujer tan perversa y charlatana.

   El padre del señor Landinez era banquero y seguro que hizo una quiebra fraudulenta que arruinó a más   de uno. Fue condenado a diez años de prisión. Murió pagando su condena. Pero tuvo la habilidad para esconder una buena suma que dejó a su hijo, con lo que Isidoro ha podido vivir como un gran señor.

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                                 COSAS  PARTA  CONTAR  

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   Ahí se constituyen las horas de las reivindicaciones para vengar todas las humillaciones.

   Este primer contacto con mis nuevos patrones me permitió recoger impresiones precisas y formales para deducir que el matrimonio no funcionaba correctamente y que el señor no manda en  la casa, que tiembla como un niño cuando la señora habla.

                                      INTELIGENCIA

   Todavía no me he referido al nombre de mis nuevos señores. Él se llama Isidoro y ella, Eufrasia y para rematar, el apellido es Landinez.

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   Mi actitud ha sido de una discreción distante. ¡Ah! Si cualquiera de los dos hubiese escuchado mi alma, tal como yo podía escuchar la de ellos…

   El momento de estar comiendo es cuando aflora toda la bajeza y la suciedad de las almas. Al principio se muestran prudentes, pero después terminan por revelarse tal como son, olvidándose de toda compostura y de que alguien está captando sus defectos y sus infamias.

   Una de las alegrías de mi oficio consiste en coleccionar opiniones, clasificarlas y retenerlas en mi mente a la espera de un momento propicio para usarlas como un arma terrible y justiciera.

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-- ¡Caray, Cecilia! Huele muy bien.

   -- ¿Yo, señor? Le he preguntado.

   -- ¡Claro que usted! ¿Quién iba a ser?

   -- ¡Oh señor…!

   No sé si habrá entendido mi verdadero interés, pero enseguida ha repetido:

   -- Cecilia…,… huele usted muy bien…muy bien. Rápidamente cambió de táctica.

   -- ¿Se acostumbra a la casa, Cecilia?

   Este señor no deja de ser un poco tonto: pero no me disgusta, hay algo que emana de él, un cierto olor varonil, cálido y penetrante que me agrada mucho.

                                           REIVINDICACIONES

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   --  Ah… ¿es usted la nueva sirvienta?-me ha dicho.

   Yo he bajado los ojos y con modestia he contestado.

   -- Si señor…, yo soy.

   -- Dígame… ¿cómo se llama usted?

   -- Cecilia…, señor.

   -- Es un bonito nombre…la señora tiene la manía de los nombres y es muy posible que se lo quiera cambiar.

   -- Está bien Cecilia…sepa que yo siempre la llamaré Cecilia. Y ahora, por favor, ayúdeme a quitarme las botas…espero que no le moleste.

   Me arrodille frente a él con un movimiento provocativo, he notado que su nariz se excita con el olor de mi nuca y que sus ojos seguían con el mayor interés mi busto y todas las partes de mi cuerpo a través del vestido

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   También he conocido patronas que a pesar de su severidad eran unas busconas obsesivas que se acostaban con los empleados jóvenes.

   “Sepa que muchas cosas las dejo pasar, pero en materia de limpieza soy muy exigente.

   “¡La dichosa limpieza! ¡Ya conozco el estribillo! Pero cuando uno revisa sus ropas intimas…¡qué cosas hay que ver!

    Una noche, mientras preparaba la mesa para la cena entró el señor. Es un señor alto, de espaldas anchas y bigote negro, sus movimientos son torpes y ordinarios, no tiene talento ni tampoco es elegante, pero es simpático. Es un hombre abiertamente sensual. Nunca vi unas cejas tan tupidas ni unas manos tan velludas. Sin duda le he producido cierta impresión.

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   Cada vez que me enseña una cosa me advierte:

   Deberá tener cuidado con esto, pues verá que es tan bonito como costoso…

   En cuanto a mi actual señora, ya sea por su temperamento o por su físico dudo que en sus relaciones sexuales sea capaz de obtener satisfacciones medianamente normales.

   Yo diría que mi actual patrona tiene la personalidad de la vieja solterona agriada. No es de esa especie de hembras que, siendo feas, el deseo sexual pone sobre sus rostros una especie de belleza y sensualidad.

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   En fin, ahora estoy aquí en el Panal, esperando no sé qué. A veces pienso que lo mejor sea dejar que las cosas ocurran…con tal que mañana no tenga que irme a otro sitio.

   La vida en la ciudad es febril y tumultuosa. Por el contrario, aquí hay calma, silencio y aire puro.

   Al principio todo es muy bonito pero yo no me engaño y sé que después las cosas cambian. La señora tiene los ojos duros y fríos de las personas avaras. No me gustan sus labios finos y secos, ni el tono en que habla

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   Se ha llegado a decir que el Quijote es la mejor novela de todos los tiempos. Esto no es cierto. La verdad es que ni siquiera es una de las mejores novelas de la historia literaria.

   Pero Cervantes se inventó un genial protagonista que se eternizó en el horizonte de la ficción como un coloso flaco sobre un jamelgo tan seco como su jinete que vivió la historia gracias a la vitalidad que le imprimió la imaginación de su creador.

   Pero la historia es muy deshilvanada y chapucera que sólo se mantiene por la ejecutoria artística de Cervantes, se puede pensar que él  concibió el Quijote como un relato que sirviera de entretenimiento. La observación nace en la primera salida que proyectaba la obra como una narración breve rematada con una moraleja.

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                                 COSAS  PARA  CONTAR  

   He conocido a muchos hombres y sé por experiencia que son capaces de muchas cosas. ¿Para qué tanto rebuscar en la imaginación cuando quererse es más sencillo.

.

                         AÚN ME SIENTO BONITA

   He venido pensando que tal vez debería pasar de la domesticidad a la galantería. Soy más bien alta, delgada, bien formada y flexible…tengo un hermoso cabello bermejo, ojos azules excitantes y una boca audaz. Soy a la vez vivaz y lánguida, cosa que agrada a los hombres.

   Esta perspectiva me produce escalofríos y me obliga a reflexionar.

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                                  COSAS  PARA  CONTAR       16

  

   Don Roberto se arrodilló y comenzó a besar mis botines al tiempo que los desataba y los manoseaba.

   --¡Oh Maríe! ¡Oh Maríe! ¡Tus botines! ¡Dámelos enseguida! ¡Los quiero ahora mismo! No quiero esperar a mañana.

                                   LA IMAGINACIÓN

   Al día siguiente, cuando entré en la habitación a la hora de siempre, al abrir la ventana faltó muy poco para que me desmayara… ¡Don Roberto estaba muerto!

   Estaba completamente desnudo y parecía haber expirado en forma tranquila. Don Roberto tenía entre sus dientes uno de los botines y lo tenía tan fuertemente  apretado con los dientes que me vi obligada a cortar el cuero con una navaja de afeitar.

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-- Espero que comprenda que lo que le pido no es algo del otro mundo. Le prometo que si usted es buena y obediente  le haré regalos con cierta  frecuencia, ¿Me comprende? El ama de llaves le pagará todos los meses su salario. Pero yo le haré pequeños regalos de una forma particular.

   -- ¿Por qué no dices nada, Maríe?-me preguntó tuteándome de pronto- Di algo por favor…o mejor aún, concédeme el placer de verte andar…para que pueda admirar cómo se mueven y cómo viven tus botines.

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   No puedo tolerar que las mujeres limpien los botines…y menos los míos. Deberá dejarme, por lo tanto, que yo me cuide de sus botines. Todas las noches, antes de acostarse, deberá traer sus botines a mi habitación y los pondrá cerca de mi cama sobre la mesita, y pasará a recogerlos todas las mañanas, cuando venga a abrir las ventanas.

   No pude disimular mi sorpresa, don Roberto la advirtió en mi rostro y se apuró a sacar un billete de su bolsillo, y al mismo tiempo que me lo entregaba, añadió:

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   -- No muchacha, otros botines… Está bien, es  todo.

   No sabía por qué, pero sentía una especie de miedo, había advertido en los ojos de don Roberto un extraño brillo y vi rodar por sus mejillas unas gotas de sudor.

   No tardó en recobrar la calma y me dijo con voz tranquila:

   -- No es nada, ya pasó todo.

   -- Maríe: debo confesar que soy un viejo maniático…pero confío en que usted sabrá comprender. ¿No es cierto?

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                                 COSAS  PARA  CONTAR       12  

   -- Tenga en cuenta que su obligación es ser agradable.

   El señor llegó al fin. Era un extraño hombrecillo con la tez rosada, erguido, vivaz e insinuante…Me saludó con la mayor cortesía.

   -- ¿Cómo te llamas, pequeña-me  preguntó?

   -- Cecilia.

   -- ¡Diablos! Es un bonito nombre, si no te importa te llamaré Maríe…

   -- ¿Marie? Puede hacerlo. -- ¿De acuerdo?

   -- Por supuesto que sí, señor.

    Don Roberto me había dicho todo eso en un tono respetuoso, y desde el primer momento sus ojos se habían fijado en mis botines.

   -- ¿Tiene usted otros?-me preguntó.

   -- ¿Otros nombres?-señor.

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                                  COSAS PARA CONTAR  

   La propiedad de don Roberto era grande y muy bonita, estaba pintada de un color verde claro y rodeado de un bosquecito de pinos y alegres flores.

   En el vestíbulo de la casa me esperaba el ama de llaves. Ahora recuerdo que ella antes de contestarme me había preguntado con especial interés por mis costumbres íntimas y cuales eran mis gustos. La verdad es que acaba una acostumbrándose a ver y a soportar.

   Me llevó a un saloncito, Salió. Y al momento  regresó para decirme que el señor deseaba verme.

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                                  COSAS  PARA  CONTAR  

   Subimos el equipaje al carro y detrás subí yo que me senté al lado de Luis y nos pusimos en marcha.

   Durante largo rato, Luis y yo no nos dijimos nada. No obstante me entretuve  mirando el paisaje. Un poco antes de ascender una cuesta, Luis me preguntó burlonamente ¿Trae una buena provisión de zapatos?

    Es una pregunta tonta…Dígame, ¿Por qué me la ha hecho?

   Entonces me golpeó ligeramente el brazo, y me dijo:

   ¡No sea farsante!  Es inútil que disimule!

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                                 COSAS PARA CONTAR   

   Escribo sobre papeles de hermosos colores y diferentes calidades, incluso algunos huelen a diferentes aromas. Lo fui coleccionando a mi paso por las casas donde he trabajado.

   La propiedad de mi nueva señora se llama, “EL PANAL” y no está muy lejos  de la ciudad.

                                            EL RECUENTO

     Recuerdo como si fuera ayer, la situación que viví hace cuatro años. Aquello no duró mucho. Escribiré sobre lo ocurrido con espontánea franqueza y la brutalidad que a veces tiene la vida.

   He aquí los hechos:

   Fui contratada como camarera en la casa de un señor de nombre Roberto. En la estación del autobús me estaba esperando un señor que después me entere que se llamaba Luis.

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                                  COSAS PARA CONTAR   

   Escribo sobre papeles de hermosos colores y diferentes calidades, incluso algunos huelen a diferentes aromas. Lo fui coleccionando a mi paso por las casas donde he trabajado.

   La propiedad de mi nueva señora se llama, “EL PANAL” y no está muy lejos  de la ciudad.

                                          EL RECUENTO

     Recuerdo como si fuera ayer, la situación que viví hace cuatro años. Aquello no duró mucho. Escribiré sobre lo ocurrido con espontánea franqueza y la brutalidad que a veces tiene la vida.

   He aquí los hechos:

   Fui contratada como camarera en la casa de un señor de nombre Roberto. En la estación del autobús me estaba esperando un señor que después me entere que se llamaba Luis.

NOVELAS

Las camareras. Un componente que se ha ido convirtiendo en algo indispensable  en ciertos niveles de la sociedad. Son muy eficientes en sus oficios, muy observadoras y también muy comunicativas. Para muestra un botón.

                                           COSAS PARA CONTAR

                                               

     Hoy inicio el duodécimo empleo de los últimos dos años. He rodado de aquí para allá de casa en casa y he visto los rostros y las almas más impuras sin haber conseguido quedarme definitivamente en ninguna parte.

   Llegué a un acuerdo con la señora de la casa por medio de cartas que constituyeron un medio de comunicación que necesariamente reserva sorpresas para ambas partes. No sé si ella es tacaña, pero sí puedo decir que no es pródiga, si me atengo al papel que compra para sus cartas, yo por mi parte, procuro demostrar mejor gusto.

NARRATIVA

                                 LAS  NOVICIAS 

   Quienes probaban las habilidades de las novicias, regresaban. Nadie conocía como ellas, la anatomía masculina y como aplicar los deleites inéditos en cada ápice del cuerpo de un hombre. Sabían pronunciar las palabras precisas en el momento justo, el halago a la virilidad el gemido y la culminación llena de exclamaciones y ahogos.

   Los devotos de la casa de Pandora veneraban la destreza de las novicias. No se limitaban a un encuentro carnal sino a una experiencia nacida de los más bajos instintos que los llevaba a las más sublimes alturas..

   Los hombres que visitaban la casa de Pandora se retiraban con la sensación de haber cumplido una elevada misión religiosa.

NARRATIVA

                                LAS NOVICIAS

    Los hombres más ricos y poderosos estaban dispuestos a pagar lo que les pidieran por conocer unas pocas páginas de los libros prohibidos.

Las novicias conocían todos los secretos del deleite, los atesoraban en la mayor clandestinidad. El mismísimo Papa habría dado un brazo por tener aquellos libros.

    La maestra de las novicias sabía que tenía que instruir a sus pupilas inexpertas, en consecuencia, la casa de las Adoradoras no tenían clientes sino devotos. Sus anfitrionas estaban preparadas para el placer típico de la mítica Pompeya

NARRATIVA

                                LAS  NOVICIAS    

    La maestra de las novicias sabía de la inclinación natural de los hombres y mujeres hacia el sexo. Sabía que los hombres llegaban a la casa hambrientos de sexo y los veía irse empachados de remordimientos.

   Inanna den Sumeria, Ishtar en Arcadia, Artemisa en Jonia, Elishet-Zununnin en Babilonia; dónde las conocían como ”Kadistú”, Cibeles en Frigia, Afrodita en Grecia; dónde las distinguían como las “hieródulas” ellas gozaron de veneración en los templos y algunas llegaron a la categoría de “Deidades” que fueron llevadas a los templos por presión de los babilónicos y a ser dueñas de una sabiduría vedada al resto de las mujeres. Conocían el secreto de dar placer.

NARRATIVA

                                LAS  NOVICIAS                                                          

  

   Intentaba sobreponerse para reabrir las puertas de la casa. No existía ningún indicio de que el asesino se hubiese satisfecho de su maldad. La maestra de las novicias pensaba que el verdugo no mataba por odio sino por razones mucho más complejas de comprender.

   El sexo y la muerte eran el enigma del origen y del final de la tentación.

NARRATIVA

                                LAS  NOVICIAS 

    La novicia mayor, la veterana, la maestra de las novicias, a pesar de la tristeza, de las lágrimas, a pesar de todos los pesares intentaba volver a la casa de las adoradoras es espíritu que había reinado hasta hacía poco.

   El destino parecía no tener piedad con las novicias; en Oriente eran lapidadas, purificadas en las llamas de la Santa Inquisición, perseguidas.       Así se multiplicaban desde el origen de los tiempos. Ninguna madre estaba preparada para la muerte de sus hijas.

NARRATIVA

                                LAS  NOVICIAS  

    La maestra de las novicias, sabía combinar la dulzura de una madre con la autoridad de una directora y la mundana habilidad. En silencio, sin derramar una sola lágrima juro encontrar al asesino y vengar a sus protegidas. La desolación se transformó en odio, sentimiento hasta ese momento desconocido. Sólo ella sabía qué le habían arrebatado con la vida de la última novicia.

   A nadie se le ocurrió asociar la muerte de las novicias con el juicio que se desarrollaba en la catedral. Los reos se incorporaron frente al fiscal, las ropas de Gutemberg estaban manchadas con tinta negra, sus manos mostraban manchas rojas en las líneas de las palmas, en los pliegues de las falanges de los dedos y debajo de las uñas..

   El acusador había advertido aquellos restos, exigió que se tomara nota y que el reo no se lavara las manos, antes de enfrentar a los jueces.

NARRATIVA

                               ALEGATOS               

   El telón de fondo de la obra es la ficción bastante tambaleante y deficiente.

   Los montes absurdos, donde brotan espontáneos poetas llenos de amor donde Cervantes pinta lo representativo y lo típico de España del siglo XVII.

   Aquí es donde las generalidades de la vida real se conjugan con las generalidades de la ficción. Las aventuras de don Quijote se desarrollan en las estribaciones de la Sierra Morena y en la reseca llanura Castellana.

   Si examinamos los pasos de don Quijote nos encontramos con un cúmulo de precisiones, resulta imposible recorrer el centro de España hasta llegar a Barcelona sin pasar por alguna ciudad conocida ni un solo río.

   La ignorancia de Cervantes de los lugares es enorme y total.

NARRATIVA

                                 LAS  NOVICIAS

    Las novicias no amanecían en medio del acostumbrado ambiente del libertinaje. Se imponía un silencio hecho de dolor y tristeza. Las velas de los candiles no ardían para celebrar los gozos de la vida, sino para acompañar la congoja de la muerte.

   La belleza madura, la piel tersa y perfecta eran el recuerdo difícil de conciliar con los despojos que habitaban el cajón. Era la tercera novicia asesinada en los últimos meses.

   La primera muerte había provocado un sentimiento de espanto. La segunda agregó estupor y miedo. La tercera transformó el miedo en pánico. Cualquiera podría ser la siguiente víctima.

   En cuanto a la identidad del asesino nadie conseguía establecer una conjetura. El asesino tuvo que haber entrado en los aposentos de manera furtiva

NARRATIVA

                               LAS   NOVICIAS   

    Con rapidez y precisión, el agresor taponó la boca de la novicia con un trapo que introdujo hasta obstruirle la tráquea. La figura encapuchada se limitaba a impedir que se quitara el trapo y asegurarse que no pudiera respirar ni emitir sonido alguno. Era esperar a que llegara la asfixia.

   La rosada  piel se había convertido en una superficie violácea por falta de aire.

   El extraño observaba extasiado a su víctima. El atacante se apuró a proceder antes que alguien llamará a la puerta, hundió el puñal en la base del cuello e hizo una incisión vertical hasta el pubis. El propósito era desollarla. Practicada la primera incisión comenzó a separar la piel de la carne. Desprendía el pellejo sin lastimarlo.

   Fue un trabajo rápido y preciso. La novicia la novicia murió en el preciso momento en que el atacante concluyó su macabra tarea, finalmente enrolló la piel, la guardó en una talega y desapareció con el mismo misterio con que había aparecido.

NARRATIVA

                                LAS NOVICIAS

   “Creyó escuchar un débil golpe en algún lugar de la habitación, revisó a uno y otro lado, pero no vio nada fuera de lugar”.

   Volvió a sumergir la tela en el agua, entonces vio en la superficie del estanque el reflejo de una figura que se movía entre las cortinas. No miró hacia atrás, pero sí había alguien dentro de la habitación. Estaba encerrada. No tenía ni tiempo ni distancia para quitar el cerrojo de la puerta. El extraño la tenía al alcance de su mano.

   “Veía como aquella figura surgía detrás de la cortina con el bazo en alto; la había estado observando todo el tiempo”

   Intentó incorporarse, pero ya era tarde. La tomó por detrás rodeándola con un brazo mientras con la otra mano le tapaba la boca. Ella, mientras intentaba liberarse veía la casulla negra que ocultaba el rostro del atacante que, con el brazo en alto empuñaba un puñal brillante…aterrador.