LAS NOVICIAS
La
maestra de las novicias, sabía combinar la dulzura de una madre con la
autoridad de una directora y la mundana habilidad. En silencio, sin derramar
una sola lágrima juro encontrar al asesino y vengar a sus protegidas. La
desolación se transformó en odio, sentimiento hasta ese momento desconocido.
Sólo ella sabía qué le habían arrebatado con la vida de la última novicia.
A nadie
se le ocurrió asociar la muerte de las novicias con el juicio que se
desarrollaba en la catedral. Los reos se incorporaron frente al fiscal, las
ropas de Gutemberg estaban manchadas con tinta negra, sus manos mostraban
manchas rojas en las líneas de las palmas, en los pliegues de las falanges de
los dedos y debajo de las uñas..
El
acusador había advertido aquellos restos, exigió que se tomara nota y que el
reo no se lavara las manos, antes de enfrentar a los jueces.
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