COSAS PARA CONTAR
La propiedad de don Roberto era grande y muy
bonita, estaba pintada de un color verde claro y rodeado de un bosquecito de
pinos y alegres flores.
En el vestíbulo de la casa me esperaba el
ama de llaves. Ahora recuerdo que ella antes de contestarme me había preguntado
con especial interés por mis costumbres íntimas y cuales eran mis gustos. La
verdad es que acaba una acostumbrándose a ver y a soportar.
Me llevó a un saloncito, Salió. Y al
momento regresó para decirme que el
señor deseaba verme.
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