COSAS PARA CONTAR
Subimos el equipaje al carro y detrás subí
yo que me senté al lado de Luis y nos pusimos en marcha.
Durante largo rato, Luis y yo no nos dijimos
nada. No obstante me entretuve mirando
el paisaje. Un poco antes de ascender una cuesta, Luis me preguntó burlonamente
¿Trae una buena provisión de zapatos?
Es una pregunta tonta…Dígame, ¿Por qué me
la ha hecho?
Entonces me golpeó ligeramente el brazo, y
me dijo:
¡No sea
farsante! Es inútil que disimule!
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