COSAS PARA CONTAR 12
-- Tenga en cuenta que su obligación es ser
agradable.
El señor llegó al fin. Era un extraño
hombrecillo con la tez rosada, erguido, vivaz e insinuante…Me saludó con la
mayor cortesía.
-- ¿Cómo te llamas, pequeña-me preguntó?
-- Cecilia.
-- ¡Diablos! Es un bonito nombre, si no te
importa te llamaré Maríe…
-- ¿Marie? Puede hacerlo. -- ¿De acuerdo?
-- Por supuesto que sí, señor.
Don
Roberto me había dicho todo eso en un tono respetuoso, y desde el primer
momento sus ojos se habían fijado en mis botines.
-- ¿Tiene usted otros?-me preguntó.
-- ¿Otros nombres?-señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario