SHEILA...
Las historiadoras feministas consideran la categorización que hace la sexología de las lesbianas como un mecanismo de control social, tanto del amor de las mujeres por otras mujeres como del feminismo: dos fenómenos que sumados resultan especialmente poderosos.
La definición del lesbianismo de Faderman no depende del contacto sexual. Explica que el amor entre mujeres sólo ha sido un fenómeno predominantemente sexual en la literatura de las fantasías masculinas. El contacto sexual puede formar parte de la relación en mayor o en menor medida, o puede estar ausente por completo. Nos asegura que las feministas lesbianas actuales no son inocentes con respecto al sexo. Sugiere que muchas relaciones entre feministas lesbianas perdura años después de que el componente sexual se haya extinguido.
Las lesbianas más contrarias al feminismo son precisamente quienes siguen adoptando el modelo sexológico del lesbianismo en los ochenta y los noventa. Se esfuerzan por encajar en los manuales médicos y creen estar expresando la verdad, convencidas de que la sexología encarna esta "verdad".
La influencia de las ideas sexológicas y en particular en la década de los veinte se revela como un aspecto fundamental al menos para los presentes debates en torno a la sexualidad lesbiana. Los acontecimientos de los veinte pueden dar claves para comprender el desgarramiento de la comunidad lesbiana en los años ochenta. Las lesbianas de ideología sexual libertaria han vuelto a recurrir a la sexología para explicar su lesbianismo en términos biológicos...