La Niña Mala...
Asentí. Elena y Simón sabían todo. No la denunciarán a la policía.
-- No es verdad que estés bien --insistí-- eres un fantasma, ¿no quieres ponerte bonita otra vez?
Se echó a reír
-- Ah, o sea que ahora te parezco fea. Pero sigues enamorado de mí, ¿no es cierto, Ricardito?
-- No. Ya no. Pero no quiero que te mueras.
-- Debe ser cierto que ya no me quieres...¿Qué te4ngo que hacer para reconquistarte?
Se río con coquetería, sentí que la presión de su mano en la mía se aflojaba. Se le blanquearon los ojos, se puso lívida y abrió la boca como si le faltara el aire. Le dí a beber un poco de agua. Se recuperó algo pero siguió muy pálida, casi transparente. Y había en sus ojos un pánico animal...
No hay comentarios:
Publicar un comentario