MARÍA
3
Jamás pude
decir cómo me sentía esa noche que moría de amor sintiéndola cerca de mí.
Sintiendo sus vibraciones.
Me
embriagaba esa calma llena de voluptuosidad, esa voz que se encerraba en mi corazón
¿Acaso
podría decir alguna vez la melodía de su voz, la luminosidad de su sonrisa, lo
tierno de su mirada?
Tenía el
encanto de un sueño y la alegría de la realidad, me arrastraban las emociones y
hallaba allí placeres infinitos. Felicidad de crepúsculo, felicidad que pasa
como el viento.