LA CASA DE LA NOCHE 5
Esa
tumultuosa posesión, las varas del siglo XVIII. Suficientemente se aproximan
ante el mundo. Se sitúan en el frontispicio de la entrada principal bajo un
Alto Relieve de San Jesús, en el viernes santo, Jesús en el Río Jordán.
Viva y Sápida, que extrae su grandeza sobre
la sonrisa luciente, como magnetismo crecida del fruto del sol y del mar con
toda la raza dentro, como carnaval de Provincias y Religiones, como conturbado
en el mundo de una estación del que hace parte la palabra. Luego las centellas
platerescas de la luna de Nissan posan su luminiscencia sobre las pechinas,
bajo las cuales por cada vitral crucifico se filtran, llegándose a reposar
sobre el sitial de caoba petenera que portan a Jesús de la Merced
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