Su singularidad y el donaire con que vivió debió influir en la maledicencia con que los grupos siempre atacan a quienes son distintos, y más aún, a quienes no parecen dolerse y permanecen impávidos.
Ottoline, educada en el autocontrol de la aristocracia, intento mantener una fachada serena. Nació en 1873 y perteneció a la más alta nobleza británica. Estaba llena de inquietudes, tenía afanes artísticos, intelectuales, espirituales, filantrópicos.
Su sentido filantrópico se centró en ayudar a los artistas, a los intelectuales jóvenes. Tenía treinta y cuatro años y estaba casada cuando empezó a recibir en el salón de la mansión rural de Garsington en dónde sus reuniones adquirieron un aspecto mítico.
Ottoline no sólo quería ser mecenas en un sentido tradicional sino que intentó rodearse de un ambiente fabuloso y hacer de su vida una obra de arte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario