Rojas dio una ojeada, ¿Quién está de hoy de guardia?
-- Yo, -- dije. Era el patólogo más antiguo, encargado del trabajo del día. ¿Quieres una mesa?
-- Sí.
-- ¿Cuándo?
-- Esta noche.
Era una costumbre de Rojas. En los casos de fallecimientos siempre hacía sus autopsias por la noche. Nunca permitía que estuviera nadie presente. Unos decçian que lloraba mientras trabajaba. Otros que se divertía.
-- Lo diré a la administración. Lo tendrás todo a punto.
-- Sí., respondió con un puñetazo sobre la mesa. Madre de cuatro hijos, eso es lo que era.
-- ¿Cómo se llamaba? pregunté, la administración preguntaba ese dato.
-- Señora Meneses - dijo Rojas.
Se dirigió pausadamente hacia la puerta.
-- Jesús, -dijo-, madre de cuatro hijos. ¿Cómo demonios se lo diré a él. Abrió la puerta de un puntapié y abandonó el laboratorio
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