Teresa contaba de Simón Bolívar, el revolucionario de las gacetas, el libertador que desafiaba al imperio español, que cuando Teresa lo conoció, en su casa de Bilbao, no era sino un caraqueño caprichoso, mimado y atrevido que se casó con la hija del marqués del Toro, enviudó en Venezuela y regresó a París
Teresa contaba a Flora: Un día obligue a Bolívar a que me escribiera su historia. Flora pertenecía a esa clase de gentes, americanos que son medio locos, libertadores geniales, ese ripio de París.
Algún día tendría que ir al Perú a reclamar su herencia, la de su padre. Pelearía por recuperarla, entonces verían quien era Flora Tristán. Don Mariano murió cuando Flora apenas tenía cuatro años.
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