La Niña Mala...
Paralizado por el asombro, entendí todo, Fukuda estaba en complicidad con la niña mala, gozando de un espectáculo. Había caído en una emboscada que había sido planeada por el japonés y ejecutada por ella.
Entendí la razón de lo efusiva que había sido conmigo en estos dos días.
-- ¡Te voy a matar, hijo de puta! maldito.
-- La niña mala, ahora había cambiado de humor, y me insultaba.
-- ¿Qué te pasa idiota? ¿ ¡Por qué haces ese escándalo, no seas ridículo, no seas provinciano.
En la media oscuridad, yo buscaba mi ropa en el suelo. No sé cómo la encontré, ni cómo me vestí y me calcé. Kuriko había dejado de golpearme, chillaba histérica...
No hay comentarios:
Publicar un comentario