Edgar Allan Poe...
Al despertarme y estirar el brazo encontré a mi lado un trozo de pan y un jarro con agua. Estaba demasiado agotado como para reflexionar sobre esta circunstancia, de modo que comí y bebí con avidez. Poco después reanudé la vuelta alrededor de la mazmorra y con gran esfuerzo, llegue, por fin, hasta donde se encontraba el trozo de estameña. Hasta el momento en que caí, había contado cincuenta y dos pasos y al reanudar la vuelta, había contado cincuenta y ocho más y encontré el trozo de tela.
Por tanto, eran en total cien pasos; y contando una yarda por cada paso, calculé que el círculo de la mazmorra tendría cincuenta yardas. Sin embargo me había topado con muchos ángulos en el muro, de modo que no pude adivinar la forma de la cripta, porque no pude sino suponer que se trataba de una cripta. Carecía de un objetivo --y más aún de esperanza-- al realizar estas pesquisas , pero una vaga curiosidad me incitó a seguir con ellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario