Edgar Allan Poe...
Me había desmayado, pero no me atrevería a decir que estaba por completo inconsciente. No trataré de definir, ni siquiera de describir, lo que de consciencia me quedaba.
Sin embargo, no todo se había perdido. En el sueño más profundo, ¡No! la muerte ¡No! Incluso en la tumba no se pierde todo. Sino, el hombre no tendría inmortalidad. Despertando del más profundo de los sopores, rompimos la tela delicada de algún sueño.
Pero un momento después (tan frágil puede haber sido esa tela) no recordamos aquello que hemos soñado. En la recuperación de la conciencia se dan dos fases: primero, la del sentido de lo mental o espiritual , segundo, lo del sentido de la existencia física. Parece muy probable que sí, al alcanzar la segunda fase pudiéramos recordar las impresiones de la primera, encontraríamos que estas impresiones hablan de recuerdos del espacio vacío del más allá. Y ese espacio vacio ¿qué es? ¿Cómo distinguir al menos sus sombras de la tumba
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