El Tema...
El monje la abordó y trabó con ella conversación, hablaron hasta ponerse de acuerdo para llevarla a su celda en el monasterio.
Sucedió que el Abad pasando silenciosamente por delante de la celda oyó el alboroto que hacían, se acercó a la puerta de la celda y deduce claramente que había una mujer, estuvo tentado a hacerse abrir.
Pensó que convendría tratar aquello de otra manera , regresó a su alcoba y esperó a que saliera el monje.
El monje, con grandísimo placer y deleite no dejaba de estar temeroso. Acercó el ojo a un pequeño agujero y vio al Abad y comprendió muy bien que el Abad había oído que la joven estaba en su celda.
Y se le ocurrió una nueva malicia, y fingiendo que le parecía haber estado bastante con ella le dijo: -Voy a salir a buscar la manera de que salgas de aquí sin ser vista, quédate en silencio hasta que yo vuelva.
Salió y cerró la celda con llave, fue directamente a la cámara del Abad y le entregó la llave. Señor, yo no pude traer esta mañana toda la leña que corté, con tu permiso quiero ir a traerla...
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