EL REPARTIDOR

                       PRESAGIO

                                             Ángel Contreras

   Todas las semanas, de domingo a domingo, Juan Aguirre repartía, puerta a puerta los periódicos nacionales y también el periódico local la Gaceta que le informaba a los vecinos el día viernes en los anuncios por palabras, los objetos en compra y venta, las peticiones de servicio doméstico, los anuncios relacionados con perros, gatos y aves de corral y otra clase de anuncios aparte de  las notas de interés para quienes residían en VILLA FLOR

DETECTIVESCO

                                    RECURSOS    26…

    En mis tiempos todo era sentimientos e ideales elevados. Hoy son las vidas desequilibradas y los complejos los que unen a un hombre y una mujer.

   -- ¿Cree en todo esto, señor Parra?

   -- No creo que Celia tenga complejo de Cenicienta, ni que robe cosas sin darse cuenta, pero sí que corría el riesgo de apoderarse de cosas sin importancia con el fin de atraer lo atención de Colin…en cuyo intento ha salido vencedora.

   Una mujer tiene derecho a poner en práctica recursos para pescar a un hombre.

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                                         RECURSOS    25…

   

   Llamaron a la puerta. La señora dijo, Adelante

   Se abrió la puerta dando paso a Celia Austin

   Ah! Exclamó Parra, la señorita Celia

   Celia aspiro el aire con fuerza y corrió hacia la señora:

   Por favor, no anuncie a la policía, he sido yo la que he cogido las cosas. Yo no quería. Es sólo…que sentía un impulso extraño…

   Se volvió hacia Colin: De modo que ya  sabes como soy…supongo que no volverás a dirigirme la palabra. Sé que es horrible…

   -- Oh, nada de eso. Estás confundida, nada más. Si confías en mí, Celia, pronto te pondrás bien-exclamó Colin.

   La señora intervino con voz autoritaria:

   -- ¡Basta! Celia, celebro que haya confesado. Acepto su palabra de que no vertió la tinta sobre los apuntes de Isabel. Ahora váyanse los dos, usted y Colín.

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   -- Empezaré por el par de zapatos que usted trajo esta noche y devolvió a Sally. Como usted recordará solo robaron un zapato. Usted no vio el significado. Nos hallamos  ante un definido complejo de Cenicienta, que se quedó en casa mientras sus hermanastras van al baile del príncipe. Tenemos un complejo de inferioridad, de fracaso, de envidia, la muchacha roba un zapato

   ¿Por qué?

   Probablemente ella no sabe por qué lo hace…Pero el deseo intenso es evidente, quiere ser la princesa, ser reconocida. La chica quiere llamar la atención.

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                                      RECURSOS   23…  

  

   --Esta noche nos ha dado usted una charla interesante. No niego que usted es un hombre de larga experiencia, pero le diré que sus métodos y sus ideas están pasados de moda. No es mi intención ofenderle, pero tengo que aclarar las cosas, señor Parra.

   -- Me parece una consecuencia natural-replicó el detective.

   -- Usted toma el punto de vista estrecho de la ley, y de la ley antigua. Hoy en día la ley tiene que adaptarse a las teorías  nuevas y modernas. Las causas del crimen. Son las causas lo importante, señor Parra.

   -- En eso estoy de acuerdo con usted.

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                                   RECURSOS    22…

   

   - La voz de Sally se alzó: oigamos lo que dice el señor Parra y no nos compliquemos.

   -- Les diré que mi consejo es bien sencillo:

   La señora de Uribe, o la señora Nicolás debieran llamar inmediatamente a la policía.

   Sonaron tres enérgicos golpes en la puerta, que fueron repetidos antes de que la señora dijera, “adelante”. Al abrirse la puerta fue Colin  quien entró, con el entrecejo  fruncido.

   -- Ustedes me perdonarán, pero estaba impaciente por hablar con el señor Parra.

   -- ¿Conmigo? Parra volvió la cabeza con aire sorprendido.

   -- Si, con usted. Colin corrió una silla y se sentó al frente de Hernán Parra…

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      Entonces se armó un gran  alboroto. Al final la voz de Leonardo se elevó por encima de las otras:

    -- Oigamos lo que dice el señor Parra acerca de nuestro problema,

   La señora explicó:

   -- He contado al señor Parra todo lo ocurrido. Si desean hacer alguna pregunta. estoy segura de que no tendrá inconveniente en contestarla.

   -- Gracias, y con el aire de un malabarista sacó un par de zapatos de noche que entregó a Sally Finch:

   -- ¿Son suyos…señorita?

   -- Pues si… ¿De dónde ha salido el que había desaparecido?

   -- Del departamento de objetos perdidos del puesto de policía.

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                                 RECURSOS    20…

  

   -- Bueno, ya les he aburrido bastante…

    Los asistentes aplaudieron. Parra se inclinó y cuando ya iba a sentarse, Colin dijo:

   -- Señor Parra, ¡Tal vez quiera explicarnos para qué ha venido aquí en realidad!

   -- El señor Parra nos ha dado una charla amena, pero no es eso a lo que ha venido, sino a trabajar.

   -- Admito que mi anfitriona me ha confiado sucesos que la han preocupado.

   La señora habló refiriéndose al particular con decisión y autoridad.

   -- Yo le pedí al señor Parra que nos diera una charla, pero también quería pedirle consejo acerca de algunas cosas que habían ocurrido. Había que hacer algo y me pareció que la otra alternativa era…la policía.

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                                     RECURSOS    19…

  

   - ¿Y estos quiénes son?

   -- Está Noel Charry, Patricia Lara piensa diplomarse en Arqueología, Valeria que trabaja en un salón de belleza, Colin que está haciendo un curso de sicología para doctorarse.

   Parra descubrió que Celia estaba enamorada de Colin y que no sabía disimularlo.

   -- También estaba Sally Finch, la norteamericana, luego sigue Isabel, que es de Jamaica y estudia leyes.

   -- Gracias. ¿Y se llevan bien entre ustedes o tienen desavenencias?

   -- Oh, en realidad estamos muy ocupados para pelearnos

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                                    RECURSOS    18…

   

   - ¿Por casualidad, dan ustedes conferencias o pasan películas o cualquier otra clase de entretenimiento?

   -- De vez en cuando alguna conferencia.

   -- ¡Ah! Entonces esta noche anuncia que Hernán Parra, detective privado, expondrá algunos de sus casos más interesantes

   -- Pero… ¿Usted cree…?

   -- No es cuestión de creer o no creer. ¡Estoy seguro!

   -- Los estudiantes hacían sus comentarios: ¿Quién es ese detective? Nunca le oí nombrar. “Yo no lo recuerdo” “Creo que será divertido”. La señora bajó al salón seguida de un hombrecillo de cabellos negros.

“Estos son algunos de los estudiantes, señor Parra. Le presentó al detective Hernán Parra, que va a tener la gentileza de hablar para ustedes.

   -- Puedo saber su nombre y que estudia, señorita.

   -- Me llamó Celia Austin y trabajo en el hospital local.

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                                     RECURSOS    17…

  

   Al escritorio del detective Parra llegó  un pequeño paquete. Él le quitó el empaque y contempló un plateado zapato de noche.

   -- Estaba en la estación de policía, como usted dijo.

   -- Esto nos evita molestias, replicó Parra.

   Cierto-dijo la señorita Lenis

   -- Si no le causa molestias, le comento que he recibido una carta de la hermana de la señora.

   -- ¿Puedo leerla?

   -- Después de haberla leído, dijo a la señorita Lenis que llamara por teléfono a su hermana, cuando se hubo comunicado Parra pasó al teléfono.

   -- Señor Parra, ha sido muy amable en llamarme, Parra la interrumpió. De dónde me habla.

   -- Estoy en mi saloncito privado.

   -- ¿Hay alguien en la casa que pueda escuchar?

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                                    RECURSOS    16…

   

   Sally torció la boca, yo tengo la impresión que en esta casa hay una persona que no es nada vulgar.

   -- La señora dijo: ha ocurrido algo muy  desagradable, Noel quiero que usted me ayude.

-- Han derramado tinta deliberadamente y con mala intención sobre los apuntes de Isabel, y esa tinta es verde. Usted escribe con tinta de ese color, ¿No?

   -- Si, yo utilizó tinta de ese mismo color.

   -- Habla usted en serio, Señora

   -- Si, hablo en serio. ¿Lo hizo usted?

   -- De todas formas, todo esto no pasa de 

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                                    RECURSOS    15…

   

   La señora le refirió lo ocurrido y Sally dio muestras de disgusto.

   -- Esto es una mezquindad, concuerda con las otras cosas. Por eso…

   -- ¿Por eso qué…? Preguntó la señora

   -- Por eso voy a marcharme

   -- La señora Nicolás está muy angustiada. No cree que usted la haya dicho  la verdadera razón.

   No me agrada lo que está sucediendo aquí, fue muy extraño la pérdida de mi zapato, luego la bufanda de Valeria, no es normal…pero esto otro. No. Son cosas de seres vulgares que se ponen en ridículo. Eso es todo.

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                            RECURSOS     14

   

   Se hizo silencio mientras Parra se concentraba en el estudio de la lista. La señora lo observó con la atención de un niño.

   Al fin habló Parra.

   Los dos únicos objetos en que quiero concentrarme son el estetoscopio y el anillo.

   El anillo era un solitario. Había sido el anillo de prometida de la madre de la señorita Lara. Todos nos alegramos  cuando fue encontrado aquella misma noche en el plato de sopa.

   -- Pero yo considero que el robo y su deducción son significativos. Cabía la posibilidad de avisar a la policía y por eso lo devolvió.

   -- Pero ¿Por qué cogerlo para devolverlo luego? Pregunto la señorita Lenis.

   -- ¿Quién es esa señorita Lara a quien le fue robado?

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                                    RECURSOS    13…

  

   Abrió la puerta y se dirigió a una mesa cerca de una ventana.

   -- Aquí tiene mis apuntes, ¿ve usted lo que han hecho?

   Habían derramado tinta sobre la mesa y los papeles estaban empapados.

   La señora, sabiendo que la pregunta era una tontería, la hizo:

   -- ¿No se le habrá derramado a usted la tinta?

   -- No, lo hicieron mientras estaba fuera.

   -- ¿Usted cree que la señora del aseo…?

   -- No, esa tinta  ni siquiera mía.

   -- ¡Qué cosa tan malvada…!

   -- Bueno Isabel, estoy sorprendida y haré lo posible por descubrir el autor. ¿Tiene usted alguna idea de quién puede haber sido?

    Isabel replicó:

   -- La tinta es verde… ¿Lo ve usted?

   -- Si, ya me he dado cuenta.

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                                     RECURSOS    12…

  

   Esa joven norteamericana, Sally Finch, habla de marcharse…y yo no quiero que se vaya. No debe marcharse-dijo la señora Nicolás.

   -- ¿Por qué razón quiere marcharse?

   -- ¿Cómo quiere que yo lo sepa?

   La señora asintió pensativa:

   -- Sally no me ha dicho nada- dijo la señora.

   -- ¿Hablará usted con ella?

   -- Si, desde luego. No se alarme, haré lo que pueda.

   Y salió de la habitación cortando en seco con el discurso. Cuando llegó a su salita particular una muchacha se puso de pie y dijo:

   -- Quisiera hablar con usted, si lo permite.

   -- Desde luego, Isabel. Era una joven estudiante de leyes, ¿ocurre algo?

   -- Si, ¿quiere acompañarme a  mi habitación?

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                                     RECURSOS     11…

  

   La señora llegó a la pensión. En cuanto hubo abierto, un joven subió corriendo tras ella, era Leonardo Vásquez ¿Ha estado callejeando?

   He salido a tomar un café, luego hablaremos; un joven delgado de cabellos largos y desordenados salió de una de las habitaciones y dijo:

   -- ¡Oh! Son ustedes. La voz de un solo hombre pero el volumen de diez. Era Noé Charri.

   Valeria, que en ese momento bajaba las escaleras dijo:

   -- La señora Nicolás está en su habitación y dijo que deseaba verla cuando llegara.

   -- Fue y saludo a la señora Nicolás

   -- ¡Ah! Es usted.

   -- Si, soy yo, replicó la señora, usted dijo que quería verme.

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                                       RECURSOS    10…

  

   -- Primero vemos que resultados obtenemos, si son positivos o negativos, y luego usted y yo volveremos a cambiar de opiniones.

   -- Creo que he dicho todo lo que sé, repuso la señora.

   -- No. Aquí tenemos reunidas a personas de distintos temperamentos. Eso es lo que necesito saber, el estado anímico y emocional de cada uno.

   -- Estoy segura-expresó la señora-visiblemente molesta, que no sé nada de eso.

   -- Pero usted aceptó este trabajo, no porque le necesitara económicamente, sino porque la ponía en contacto con la condición humana. No, usted está preocupada por alguien.

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                                      RECURSOS     9…

   

   -- Diga señor Parra. La señorita Lenis dejó a un lado el archivo y salió en busca de una libreta y un lápiz.

   -- Quizá la  señora pueda recuperar el zapato perdido. ¿Cuándo desapareció?

   La señora  reflexiono unos instantes…

   -- No puedo recordarlo exactamente, señor Parra. Quizá Sally recuerde la fecha de la fiesta.

   -- Si, bueno…Y volvió con la señorita Lenis.

   -- Pregunte en la estación de policía, en la sección de objetos perdidos. Diga que olvido el zapato en el autobús, ¿Cuántos hay en los alrededores?

    -- Sólo dos, señor Parra.

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                                      RECURSOS     8…

   

   El detective cerró los ojos. Lo que veía era ni más ni menos un calidoscopio. Todo sin conexión ni forma. Pero Parra sabía que en alguna parte y de algún modo debía formarse una figura ordenada. Cada vez que uno mueve un calidoscopio se forma una figura…y una de ellas será la acertada.

   Abrió los ojos.

   -- Este asunto requiere reflexión, mucha reflexión.

   -- Estoy segura de ello, señor Parra, dijo la señora muy seria. No quisiera molestarlo.

   -- No. No es molestia. Parra reflexionó, podemos empezar por el zapato…

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                                    RECURSOS     7…

  

    -- Luego está el zapato de noche, ¿a quién pertenecía?

   -- A Sally Finch, una muchacha estadounidense que vino a estudiar aquí.

   -- ¿Está usted segura que el zapato no se le perdió? Para qué querrá alguien un zapato desparejado.

   -- No, señor Parra. Sally iba a una fiesta y los zapatos eran de vital importancia, eran los únicos que tenía.

   -- ¿Y se disgustó?

   -- Sí, sí.

   -- Quedan otras cosas…una mochila hecha pedazos y una bufanda de seda. ¿De quién era la mochila?

   -- Parece que pertenecía a Leonardo Vázquez

   . -- ¿Y la bufanda?

   -- De Valeria. Se la regalaron, era de color verde esmeralda.

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                                      RECURSOS      6…

   

   El detective Parra hizo un resumen de la lista de las cosas robadas.

   -- Hay pequeños hurtos que podían tentar a una joven vanidosa: El lápiz para los labios, los polvos compactos. Luego tenemos el estetoscopio, ¿de quién era?

   -- Del señor Barrera, un joven corpulento.

   -- ¿Estudiante de medicina?

   -- Sí.

   -- ¿Cómo reaccionó?

   -- Se puso lívido, señor Parra. No es de los que soporten que nadie toque sus cosas

   -- ¿A quién pertenecen los pantalones de franela?

   -- Al señor Martínez, eran muy viejos

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                                     RECURSOS      5...

   

   -- ¿Patricia Lara? Es una joven que estudia historia.

   -- ¿Es acomodada económicamente?

   -- No. Tiene algo de dinero, pero vigila sus gastos. Tenía una o dos joyas  bonitas. Últimamente ha dejado de fumar.

   -- Cómo es, descríbamela.

   -- Es mestiza, de aspecto limpio y pulcro, tranquila y educada. Es lo que podríamos llamar una muchacha formal.

   -- ¿Quién es Valeria?

   -- Es una muchacha morena, inteligente que trabaja en un salón de belleza.

   -- ¿Y ellas dos son amigas?

   -- La señora  reflexionó:

   -- Yo creo que sí, replicó Parra. De manera que Patricia era agradable y Valeria tenía personalidad.

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                                      RECURSOS     4…

  

   Se hizo silencio mientras Parra se concentraba en el estudio de la lista. La señora lo observó con la atención de un niño.

   Al fin habló Parra.

   Los dos únicos objetos en que quiero concentrarme son el estetoscopio y el anillo.

   El anillo era un solitario. Había sido el anillo de prometida de la madre de la señorita Lara. Todos nos alegramos  cuando fue encontrado aquella misma noche en el plato de sopa.

   -- Pero yo considero que el robo y su deducción son significativos. Cabía la posibilidad de avisar a la policía y por eso lo devolvió.

   -- Pero ¿Por qué cogerlo para devolverlo luego? Pregunto la señorita Lenis.

   -- ¿Quién es esa señorita Lara a quien le fue robado?

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                                         RECURSOS     3…

   

   La señora de Uribe dijo al detective, tal vez pueda hacer algo con esta lista de cosas:

   Un zapato de noche.

   Una pulsera.

   Un anillo con brillantes.

   Polvos compactos

   Un lápiz de labios.

   Un estetoscopio.

   Unos pendientes.

   Un encendedor.

   Unos pantalones viejos de franela.

   Bombillas eléctricas.

   Una caja de bombones.

   Una bufanda de seda.

   Una mochila.

   Ácido bórico.

   Sales de baño.

   Un libro de cocina.

   -- Lo primero que hay que hacer es estudiar la relación de objetos con sumo cuidado. Dijo Parra.

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                                     RECURSOS     2…

    

   La señora de Uribe, tenía un marcado parecido físico con Felisa, iba peinada con coquetería y tenía la misma astuta mirada de su hermana.

   La señora quiso poner tema al detective Parra, pero este, hábilmente la interrumpió diciéndole, primero terminemos el café y luego hablaremos.

   Iniciando el tema, el detective le dice a la señora; ¿Qué es  lo que la preocupa? ¿Se trata de dinero o de joyas?- Preguntó el  detective.

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                           RECURSOS     1…     

                                           

    Llegó Hernán Parra a la oficina, lo recibió Felisa Lenis la eficiente secretaria.

   Felisa le comentó al detective que la hermana era la administradora de una pensión de dónde se habían estado perdiendo continuamente objetos de diferente índole y valor.

   El detective Parra le propuso a su secretaria que la invitara  una tarde de esas a que se tomara  un café con ellos, tal vez él pudiera ayudar en algo.

   ¿Podría ser mañana, sr Parra? Ella tiene libre todas las tardes

CUENTO

                                   EL  HUÉSPED     28…

   Todo esto me lo contó mi marido y me enseñó una convocatoria que había recibido ese mismo día y se ordenaba su presencia.

   Eso ya era malo, pero faltaba lo peor; yo había notado que cuando Gorgiano venía me hablaba mucho a mí. Había despertado en él lo que él llamaba  “amor”.

   En una de esas idas me agarró en sus poderosos brazos, me abrazo, me cubrió de besos y me rogó que me escapara con él, en esas entró mi marido y lo atacó. El dejó sin sentido de un golpe a mi marido y huyó de la casa. Esa noche hicimos un enemigo mortal…

CUENTO

                                        EL  HUÉSPED     27…

 -- Mi marido, en sus días locos y encendidos se había unido a una sociedad napolitana que estaba en relación con los antiguos Carbonarios.

   Cuando salimos de Nápoles, mi marido creyó que se los había quitado de encima para siempre. Cuál sería la sorpresa al encontrar por la calle al mismo hombre que le había iniciado en Nápoles, el gigante Gorgiano un hombre que se había ganado en el sur de Italia el sobrenombre de muerte. Había llegado huyendo de la policía italiana. Ya había creado una rama de esa terrible sociedad.

CUENTO

                           EL HUÉSPED     26…

   -- Habíamos tomado y amueblado una casita y todo nuestro porvenir parecía asegurado. Cuando apareció la nube negra que cubrió nuestro cielo.

   Una noche mi marido trajo a nuestra casa a un paisano con él. Se llamaba Giuseppe Gorgiano.

   Era un hombre enorme, gigantesco, aterrador. Era un hombre terrible y extraño. ¡Gracias a Dios que está muerto!

   Volvió una y otra vez, pero mi marido no estaba más contento que yo con su presencia. Esa noche le imploré que no me ocultara nada, que me lo contara todo.