EL HUÉSPED 26…
-- Habíamos tomado y amueblado
una casita y todo nuestro porvenir parecía asegurado. Cuando apareció la nube
negra que cubrió nuestro cielo.
Una noche mi marido trajo a nuestra casa a un paisano con él. Se llamaba
Giuseppe Gorgiano.
Era un hombre enorme, gigantesco, aterrador. Era un hombre terrible y
extraño. ¡Gracias a Dios que está muerto!
Volvió una y otra vez, pero mi marido no estaba más contento que yo con
su presencia. Esa noche le imploré que no me ocultara nada, que me lo contara
todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario