PARÁBOLA DE UN SOLITARIO…
De camino, mientras discurrían en cordial
camaradería, encontraron un camino que llevaba por el bosque. El inspector le
propuso al guardia: ¿Y si fuéramos a la taberna? Informarle a la mujer de él
sería un acto humanitario.
El guardia se conmovió con el deseo del
inspector y aceptó.
-- Está bien, vamos a la taberna.
Llegaron el inspector y el guardia a la
taberna. Acababan de sentarse a la mesa cuando apareció la mujer del tabernero.
Se quedó de pie mirando a los dos hombres y dijo:
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