PARÁBOLA DE UN SOLITARIO…
En
las casas hay padres, madres, hermanos, hermanas, hijos, nietos. Comen, se
ríen, a veces llora un niño o ladra un perro. A veces esos ladridos tienen algo
de hogareño, de encantador.
Llega a la casa, cuando llega y su caballo
lo siente, relincha, él no lleva amor en su corazón.
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