PARÁBOLA DE
UN SOLITARIO…
Vivía con ella desde hacía muchos años.
Ella por su parte había participado con el tabernero en muchas fechorías. Era
morena, salvaje y dulce a la vez, nadie en el pueblo se atrevía a hablar de su
edad.
-- El tabernero había comprometido a la
mayoría de los funcionarios. Al único que no había conquistado era el inspector.
En su opinión todo hombre tenía no sólo un punto débil, sino también criminal,
decía que todos los hombres que vivían honradamente, eran mentirosos.
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