. PARÁBOLA DE UN
SOLITARIO
El inspector era un hombre de aspecto
imponente, un viejo militar que nunca hubiera renunciado al ejército, a no ser
por la intransigencia de su mujer.
Le dolía mucho dejar el uniforme. No le
gustaba la ropa de paisano que lo hacía sentir como si anduviera en calzoncillos.
Por su mujer se había visto obligado a dejar el ejército, su segundo hogar.
Entonces sintió por primera vez verdadera rabia contra ella, desde aquel
momento la situación cambiaria con Ramona. Ella se había enamorado del uniforme
y ahora después de haberlo poseído alegremente exigía de él su retiro.
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