COSAS PARA CONTAR
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“Cecilia, mire un momento mis senos… ¿Verdad
que aún están consistentes?”
Era para estallar de la risa, ya que su
cuerpo no era más que una ruina humana que sólo podía inspirar lástima. El
vientre, las caderas y los senos eran como odres desinflados, como bolsas vacías.
Era el recuerdo de una mujer que sin duda
había sido bella y que había dedicado su vida por entero al amor…
Hoy es
domingo y esta mañana he ido a misa. He de confesar que aún sin ser devota
tengo cierta dosis de fe.
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