SUBLIME 24
Los dos salieron y la perra quedó sola en
casa tendida en la cama. Volvieron por la noche.
Él fue al jardín, encontró los dos manzanos,
empezó a cavar allí en las dimensiones que había marcado ella.
Ella encontró en el bolso un espejito y se
lo acercó al hocico. Estaba tan manoseado que ella pensó que lo empañaba la respiración de la perra.
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