SUBLIME 25
-- ¡Está viva! Gritó. Él volvió con los
zapatos embarrados del jardín, se inclinó sobre la perra, le hizo con la cabeza
un gesto negativo.
Cada uno cogió un extremo de la sábana, lo
levantaron y lo sacaron al jardín lo llevaron hasta los manzanos y la
depositaron en el hoyo, le arregló la sábana para que la tierra que le iban a
echar encima no le cayera encima del cuerpo desnudo, volvió a la casa y regresó
con el collar y la correa y un puñado de chocolates.
El jardín estaba en penumbra, en el cielo
una luna pálida, taparon a Karenin con la tierra del hoyo…
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