SUBLIME 12
Almorzaron. Era el momento en que los dos
disponían de una hora y solían sacar la perra a pasear. Pero esta vez cuando
ella cogió la correa y el collar no hizo más que mirarlos.
Al cabo de un momento se les acercó saltando
sobre tres patas y dejó que le pusieran el collar.
-- Ya sé que odias la cámara fotográfica.
¡Pero hoy deberás cogerla! Algún día nos alegraremos de tener fotografías con
ella. Karenin ha sido parte de nuestras vidas.
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