Las descendientes de Afrodita, oyen las alabanzas, las capitalizan. A las injurias no les prestan atención, ellas saben que tienen cómo vencer, la retórica de ellas no es con palabras dichas de memoria y sin pausa, ellas manejan las situaciones a su antojo, con sus medios manipulan.
Ellas saben de sus ventajas, manipulan sin irrespetar, sin insultar, pero sí llenando complacencias.
Ellas no alcanzan sus logros porque hablen mucho y de memoria, sino porque lo que hacen gusta y dejan espacio para más, y en silencio.
El Titan habla, habla, habla y se cansa de no hacer nada. Un verdadero MITO
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