La pasión humana de Flora tenía que concentrarse en la defensa de su hija (Alina) asediada por M. Chazal que vivía envenenado con Flora, que no podía reconquistarla, lo único que lo iluminaba era hacerla sufrir robandole a la hija.
M. Chazal compró dos pistolas y en los ratos libres escribía cartas de amenazas. La diaria t area la cumplía M. Chazal en presencia de su hijo que le preguntaba ¿Qué vas a hacer, Papi?
-- Matar a tu madre.
Flora cuidaba a Alina. En los tribunales había acusado a M. Chazal de las más oscuras intenciones.- Una y otra vez, Flora eludía las emboscadas de M. Chazal, pero el hombre no se daba por vencido. Esperaba el momento de cometer el crimen.
En la mañana del 10 de septiembre de 1838, Chazal vio venir a Flora, la abordó y le descargó la primera pistola. Flora cayó pero tuvo tiempo para levantarse.
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