Aludiendo a los surrealistas, Buñuel confesaba: Hasta el año veintisiete me parecían una manada de maricones. Sin embargo, una serie de hechos públicos, me hacen cambiar de opinión.
Buñuel recuerda la fotografía en la que se ve a Benjamín Pérez insultando a un cura, o la encuesta en la que se planteaban preguntas tales como, "¿Dónde prefiere hacer el amor? ¿Con quién? ¿Cómo se masturba usted?
De manera que pronto empieza a frecuentar los cenáculos del grupo, sobre todo, a partir del éxito de "Un perro andaluz".
Por esta misma época entra en contacto con las obras de Sade. La influencia que el divino marqués va a tener sobre Luis Buñuel será decisiva
A los veintiocho años - confiesa Buñuel- yo era anarquista, y el descubrimiento de Sade fue para mí absolutamente extraordinario. No tuvo nada que ver con la erotología, sino con el pensamiento ateo.
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