Ella no lo conocía, nunca lo había visto. Desembarcó en Flandes y se encontró con que el prometido no la esperaba en el puerto. Tampoco pudo acercarse a su intimidad. Cuando por fin, se encontró con Felipe y ambos se enamoraron tan súbita y rotundamente que pidieron que esa misma noche los casaran y así consumar con un matrimonio.
Yo me sonrojaba. Aunque hubiera pasado mis últimos años en el convento, para mí no era difícil suponer lo que sentiría Juana.
Juana, una de las princesas más cultas del renacimiento, que heredó el trono de España y terminó a los veintinueve años confinada en un palacio hasta su muerte cuarenta y siete años después.
--- ¿Y Juana enloqueció de celos?
-- Eso dijeron. Ese es uno de los misterios que tú me ayudarás a desentrañar.
-- ¿Y cómo?
-- Pensando como ella. ,Quiero que esta historia te inunde. A ti también te tocó dejar tu país y quedaste sola muy joven-
-- Para serte franca, no me queda claro cuál es el papel que esperas que juegue. Por supuesto puedo especular sobre lo que sentiría Juana, pero somos producto de dos tiempos distintos. No veo cómo de mis reacciones podrás deducir las de ella...
No hay comentarios:
Publicar un comentario