George Sand
Había aceptado el sacrificio de su dicha.
Los amantes se amarían siempre, pero jamás serían el uno del otro. Estaban embriagados de sublimidad. Aurelien estaba siempre a su lado, compartiendo sus pensamientos. Había encontrado un hombre capaz de amar sin egoismo.
¡ Cuánta gratitud le debía a Aurelien por haberla ayudado a mantenerse en el sendero de la virtud- Aurore confesaba que si él le hubiese exigido un poco más de rigor, habría abandonado ese sendero para no perderle a él.
No hay hombre sobre la tierra, ni uno solo, que se contente a la larga con el corazón de una mujer.
Casimir y Aurore partieron para Nohant, decididos, a pesar de los fracasos, a establecerse allí definitivamente.
Este año estamos en la miseria y la sucesión no nos ha enriquecido. Hay un placer real el volver a sentirse bajo un mismo techo
No hay comentarios:
Publicar un comentario