Virginia
Algunos de estos libros eran superficiales, frívolos, chistosos, muchos eran serios y proféticos. Las mujeres no escriben libros sobre los hombres , hecho que no pude evitar acoger con alivio. El óleo que florece una vez cada cien años había florecido dos veces antes de que yo pudiera empezar a escribir. Aguardé en mi asiento a los buscadores del óleo de la verdad. ¿Cuál podía ser el motivo de la disparidad.
¿Porqué atraen las mujeres más el interés de los hombre que los hombres el de las mujeres.?Mi mente se entretuvo tratando de imaginar la vida de los hombres que pasaban el tiempo escribiendo libros sobre mujeres, ¿eran viejos o jóvenes? ¿Casados o solteros?.
Así fui reflexionando hasta que todos los pensamientos se vieron interrumpidos por la avalancha de libros. Ahí empezaron mis dificultades. Me decepcionaba no volver por la noche con alguna información importante, algún hecho auténtico. Quizás ahora valdría más renunciar a ir en busca de la verdad.
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