Experimenta todos los placeres que saborea un individuo haciendo uso de sus esfuerzos. Que Sade le atribuya tanto valor pone de manifiesto su carácter.
Resulta revelador que fuera de su "petite maisón" no piense en hacer uso de sus fuerzas. No se adivina en él ambición, espíritu de empresa, voluntad de poderío.
Infundía a sus héroes todos los rasgos que la sociedad juzga como taras. Se tornaba tímido y cobarde, y la idea de un combate trabado en paridad de fuerzas lo hubiera hecho huir. Que Sade, a veces haya sido capaz de audacias no contradice la hipótesis de una timidez temerosa. Si habla de la firmeza de espíritu, no es porque la posea, sino porque la ansía
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