La Niña Mala...
Kuriko apareció en la puerta de la cafetería, fuí a su encuentro. Tenía la cara más fresca y más joven. Una adolescente de cuarenta y pico de años. Ella misma me alcanzó los labios para que la besara, cosa que no solía hacer, mis cinco sentidos estaban concentrados en Kuriko.
-- Cualquiera que no te conozca diría que estás enamorada de mi. Creo que nunca, desde que te conocí en Miraflores, de chilenita, has estado así de cariñosa.
-- A lo mejor me he enamorado de tí y no me acabo de dar cuenta, --me dijo. ¿Qué harías si te dijera que lo estoy y que nos podemos ir a vivir juntos?
-- Me daría un infarto. ¿Lo estás, Kuriko?
-- Estoy contenta porque podemos vernos todos los días. Me atreví a contárselo a Fukuda, y ya ves qué bien salió...
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