Martín Lutero...
El temor de Lutero se ve aumentado por el reconocimiento de su indignidad. "Soy polvo y ceniza y estoy lleno de pecado". se sentía a la vez atraído y rechazado por Dios.
Solamente en armonía con lo último podía encontrar paz ¡Cómo quedaría de confortado su corazón al oír al viejo Hans decir que su resentimiento había pasado por completo y que ahora estaba de acuerdo con la decisión de su hijo..
El camino de la ayuda a si mismo
Lutero iba a terminar con el abandono de los hábitos. Después de su excomunión vistió como monje durante diecinueve años, siguió el camino señalado con los nuevos deberes que le fueron confiados
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