De ahí que el blog promueva a los escritores que figuran en la red con formación y experiencia para que irrigue su práctica a todo nivel y esa misma actitud sirva de refuerzo a los iniciados y orientación a quienes como yo, deseamos aprender.
La falda ceñida y la blusa de seda blanca que por muy ceñido que sea el sostén, es suficiente para adivinar la visión que se adivina el pecho de Enmanuelle que está desnudo bajo la blusa que con un pequeño movimiento deja ver el perfil.
Enmanuelle está encantada de que la azafata sea joven, prefiere un poco de compañía.
Antes de que pueda decir algo, entra él, alto, de nariz y mentón firme, moreno, de pelo y bigote.
Sonríe, se inclina al lado de ella para dejar a su lado el porta documentos. Cualidades esenciales para un compañero de cabina.
La joven azafata llega, abre las cortinas y se acerca a Enmanuelle:
-- ¿Quiere que le presente a su compañero de viaje? El hombre le habla un momento. ¿Cómo sabe lo que dice? Ninguno de los tres sabe francés. Enmanuelle vuelve a su abandono, su vecino persevera.
La luz dorada alumbra las rodillas de Enmanuelle, su falda las deja al descubierto y el hombre no les quita el ojo. Ella se da cuenta de esa mirada, no era posible alargar la falda, siente que sus sienes laten más aprisa.
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