. PARÁBOLA DE UN SOLITARIO…
-- ¡Nunca la había visto aquí!-- Dijo el
inspector de repente.
-- Ni yo a usted—dijo ella…era como la voz
de un ruiseñor. ¿Viene aquí a menudo?
-- A veces, de servicio—dijo él.
-- ¿De servicio? ¿Qué servicio?
-- Soy inspector de pesas y medidas.
-- ¡Ah!—dijo ella, se puso en pie, saludó y
volvió a subir la escalera.
Se dirigió a pagar, el tabernero le dijo:
Señor inspector hoy es usted mi invitado. ¡No tiene que pagar nada!
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