PARÁBOLA DE
UN SOLITARIO…
Camino a la oficina recordó que había visto
el anillo que lucía su mujer en la mano del secretario.
A él le importaba investigar toda la verdad,
entonces decidió actuar. El secretario al llegar el inspector a la oficina lo
saludo con insólita amabilidad.
Durante
un rato el inspector pareció ausente, luego dijo mirando la mano izquierda del
secretario.
-- ¿Qué ha sido de su anillo con zafiro? Era
un anillo precioso.
-- Por desgracia he tenido que empeñarlo.
Entonces la prudencia abandonó al secretario
que dijo:
-- ¡Es una historia de faldas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario