PARÁBOLA DE UN SOLITARIO…
-- ¿De
dónde sale ese anillo?
-- De mi padre –dijo ella--, nunca lo había
usado.
-- ¿Por qué lo has usado de repente?
-- Bueno, para que nos traiga buena
suerte—dijo ella--.
-- ¿Nos traiga?
-- ¡A los dos!—confirmó ella, y dijo:
-- Me gustaría tener un hijo…
-- ¿Por qué ahora?—dijo. Nunca has querido
tener un hijo.
Ella bajó la vista y dijo:
-- ¡Es que te quiero mucho!
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