ORTEGA Y EL LIBRO
SENSUALISMO
El
arte plástico que busca lo típico y esencial bajo las apariencias concretas no
puede afirmar su ideal frente a la voluntad de imitación ilusionista que se
halla dominando en Roma. La inspiración griega no obstante su suficiencia
estética y su autoridad, se quiebra al llegar a Italia contra un instinto de
aspiración opuesta.
Aquí tenemos iniciado lo que va a llamarse
impropiamente realismo, lo que debe ser, impresionismo.
Para el griego, lo que vemos está gobernado
y corregido por lo que pensamos y tiene valor cuando asciende a símbolo de lo
ideal.
Lo sensual rompe sus cadenas de esclavo de
la idea y se declara independiente. El mediterráneo es una ardiente u perpetua
justificación de la sensualidad, de la apariencia, de las superficies, de las
impresiones fugaces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario