ORTEGA Y EL LIBRO
ARROYOS 2
Resulta que es la lejanía una cualidad
virtual de ciertas cosas presentes, cualidad que sólo adquieren en virtud a la
voluntad del sujeto. El sonido no es la lejanía, lo hago yo lejano.
Igual sucede con la lejanía de los árboles,
sobre las veredas que avanzan buscando el corazón del bosque. Toda esta
profundidad existe en la voluntad existe en virtud de mi colaboración, nace de
una estructura de relaciones entre unas sensaciones y otras.
Existe toda una parte de la realidad que se
nos ofrece sin esfuerzo, sólo el de abrir
ojos y oídos.
Pero hay un trasmundo constituido por estructuras de impresiones.
Necesitamos es cierto para que exista un mundo superior ante nosotros. Abrir
algo más que los ojos, ejercer actos de un mayor esfuerzo. El mundo profundo es
tan claro como superficial. Sólo que exige más de nosotros.
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