ORTEGA Y EL LIBRO
ARROYOS 1
Es ahora el pensamiento un fauno que
persigue, como a una ninfa en fuga la esencia del bosque. Siente una
emoción muy parecida a cuando palpa el
cuerpo desnudo de una idea.
Con haber reconocido en el bosque su
naturaleza fugitiva, siempre ausente, siempre oculta. No tenemos la idea
completa del bosque, habrá de presentársenos en tal forma que no pierda su
calidad de profunda y oculta
El agua que corre hace una blanda queja al
tropezar con los guijarros y forma un brazo de cristal que rodea la raíz de un
árbol.
La oropéndola da un grito tan musical que
parece una esquirla arrancada al canto de un ruiseñor y en un instante llena
por completo el volumen del bosque y de nuestra conciencia con latidos de
dolor.
Pero estos dos sonidos no están solos. Son
líneas o puntos de sonoridad que destacan por su plenitud y su brillo sobre una
muchedumbre de rumores entretejidos.
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