COSAS PARA CONTAR
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-- Pero querida, tú sabes bien que…
--
¡Cállate, y haz el favor de dejarme en paz!
Al
día siguiente el no sale de la casa para no aumentar la irritación de su
esposa.
-- ¡No puedo verte dar vueltas como un alma
en pena! ¿No se te ocurre nada que puedas hacer?
-- Pero querida…
¿Por qué no te marchas? Lo mejor que podías
hacer es irte de caza. ¡Aquí siempre me sacas de quicio!
El temor y la incertidumbre le impiden
opinar o hacer las cosas con decisión. Siempre resuelve de la misma forma
¡Huyendo de casa!
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