COSAS PARA CONTAR
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Ese viernes que el notario estaba en el
campo, la señora del notario llamó al ayudante del notario a la casa, con el
pretexto que le ayudara a hacer el aseo de su alcoba. Cuando llegó el muchacho
se encontró con la honorable señora del notario casi desnuda. Lo llevó
enseguida a su lado, lo abrazó, lo
desnudó y después se lo echo encima.
En los rostros de las mujeres se vio una
viva ansiedad por conocer los detalles, pero Rosa se puso púdica y repuso:
Una cosa así es imposible de explicar ante
señoritas.
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