LA QUERENCIA 21
Luego se acercaron como dos enamorados. Él
le preguntó:
-- ¿Está todo en orden?
-- Sí. Contestó ella.
-- ¿Y?
-- Nada
-- ¿Qué?
No le respondió. No podía decirle que lo
esperaba a él.
Mateo estaba preocupado. Le dolió el
estómago la mayor parte de la noche.
El ruido de los aviones la despertó a. Su
primer pensamiento fue, “ha vuelto por mi causa” Ahora no tendrá él que hacerse
responsable de ella, ahora tiene ella que hacerse responsable de él. La
responsabilidad le parecía superior a sus fuerzas.
Se acordó que al aparecer él en la puerta, sonaron
las seis de la tarde y que la primera vez que se vieron ella terminaba de
trabajar a las seis y que lo había visto sentado en la banca amarilla y había
oído sonar las campanas.
Su sentido de la belleza fue lo que la
liberó de la angustia y la llenó de ganas de vivir. Los pájaros de la
casualidad volvían. Estaba inmensamente feliz de oírle respirar a su lado
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