LA QUERENCIA 8
Ella
trataba de interpretar la casualidad.
No es
la necesidad, sino la casualidad, la que está llena de encantos. Sólo el amor y
las casualidades deberían ser inolvidables
La
llamó para pedir la cuenta. Cerró el libro (la contraseña de la hermandad
secreta).
-- ¿la
puede apuntar a mi habitación?
-- ¿Qué
número tiene?
Le
enseñó la llave con el número seis.
-- Es
curioso –dijo ella--; la número seis.
-- ¿Qué
tiene de curioso? Preguntó
Ella
sorteo el momento:
Usted
tiene la habitación seis y yo termino de trabajar a las seis.
-- Y mi
tren sale a las siete. Dijo Mateo.
¿Habría
entendido el forastero el discreto mensaje?
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