BUENOS HOMBRES 4
Es
inevitable, seremos ciudadanos de un mismo mundo, un día dejaremos de ser
silvestres, de creer como matojos, seremos sofisticados y llenos de matices y
sutilezas como los grandes genios.
Y
mi mujer…, pregunté, no me puede ayudar a saber algo de mi mujer.
Él
se quedó un poco confuso y preguntó, ¿qué puedo hacer yo? , a mi no me dan explicaciones. Me callé, volví a la ventana con
una necesidad profunda de salir de allí.
De
repente un médico entró, vino a mi encuentro; ¿señor Silva?. Su mujer se
encuentra bien, estamos esperando el resultado de algunas pruebas, la hemos
sedado, queremos que pase aquí la noche. Yo sonreí como un niño perdido a quien
se le da la mano. ¿No me puedo quedar yo? El médico alejándose dijo que no y
desapareció.
Para
ellos todo es más fácil, es como cuidar plantas. No escuchan lo que se les
dice, ni que el paciente gima o grite, ellos leen los papeles y las placas que
imprimen, miran el color de las personas. Saben lo que hacen, incluso tienen la
razón.
No
puedo volver a casa sin ella, no la puedo dejar aquí sola…estaría sola de mi…
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