5 EL
ALFILER
El agua en el río
sigue su cauce atraviesa el valle, y en su carrera pasa por debajo de los
puentes, eso es evidente por lo visible.
El viento se siente porque nos golpea el
rostro, pero no se ve y por lo tanto no se sabe de dónde viene ni para donde
va.
De la misma manera todos sabemos hacia dónde
caminamos, y sentimos que el aire nos acaricia y nos trae las sorpresas más
incógnitas, pero no vemos de donde viene.
Un día, Alfredo se cruzó con ella que iba
del brazo con su pareja, la forma en que caminaban no dejaba lugar a dudas.
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