TRES DOMINGOS POR SEMANA 2
Cuando abrí la puerta del salón la vieja
mariposa habíase instalado con los pies sobre la chimenea, un vaso de oporto en
la zarpa, esforzándose violentamente por poner en práctica la cancioncilla:
Romplis ton
verre vide!
Vide ton
verre plein!
-- Querido tío –dije, cerrando suavemente la puerta y
aproximándome con la más blanda de mis
sonrisas -, ha sido usted siempre tan
amable y considerado manifestándome su benevolencia de tantas…de tantísimas
maneras, que…que siendo como si sólo fuera necesario sugerirle una vez más
cierta insignificante cosilla para tener la seguridad de su plena aprobación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario