EL
COLECCIONISTA DE POLVOS 7
Entonces doña María de los Sagrarios Manzo y del Cebollino-Tarraja, que
tenía la mirada lírica y aguanosa y el cuero del bajo vientre apestándole a chotuno corrupto, acogiéndose a la ley del divorcio, plantó a su esposo, don
Castro Bermúdez de la cojona y manso (eran primos) porque éste, habiendo que
hubo ido a confesarse con su director espiritual, el canónigo penitenciario de la Santa Iglesia
Catedralicia Rvdo. P. Don José Expósito, fue y le dice:
No hay comentarios:
Publicar un comentario